Comunicar el Vino sin ser un pedante engreído

Cuenta la leyenda que en una ocasión, un monje quiso descubrir a su divinidad en la montaña más alta del Tibet. Según iba caminando, encontraba a su paso a otros sencillos monjes e intentaba explicarles con palabras grandilocuentes y llenas de grandeza  lo que se disponía a hacer, y lo que su dios significaba para él. Pero estas palabras grandiosas, sin embargo, resultaban vacías y sin sentido para los demás y nadie le seguía en su camino, ya que no eran capaces de entenderle. Después de varios años de esfuerzo y sacrificio, al fin consiguió llegar a la cumbre, pero allí se encontró solo, sin poder compartir la alegría de haber logrado su meta. Sí, era un hombre sabio e ilustrado, pero solo.
Esta leyenda podría tener varios siglos de antigüedad, sin embargo, me la he inventado. Quizás si no os lo hubiese dicho, podríais haberla comentado con amigos, o incluso hacer reels y posts en vuestras redes sociales con bonitas fotos del Tibet de fondo.
El mundo del vino está lleno de leyendas, de historias ciertas y de maravillosos rituales como la cata, pero también de pésimos comunicadores que alejan a los que les gusta el vino y deciden iniciarse en él. Necesitamos comunicar el vino de manera sencilla, de lo general a lo particular y no comenzar la casa por el tejado.
España es hoy por hoy el segundo productor de vino del mundo, pero no estamos en el Top 10 de consumidores per cápita. Podríamos escudarnos y excusarnos en que somos un país de cerveceros y que nos pierde más una cerveza que un descanso a un funcionario, pero la culpa en parte también es nuestra.


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¿Sabemos comunicar el vino y atraer al consumidor sin parecer una persona pedante y engreída?.
Pues sí y no, me explico. En este mundillo no dudo que haya grandes profesionales y que sepan mucho y bien, pero la forma de comunicarlo es fundamental, adaptándonos a la persona que nos está escuchando o leyendo. Si tienes veinticinco años y acudes a tu primera cata de vinos, no entenderás que el formador te comience a explicar los procesos químicos de la fermentación o una descripción técnica de los taninos. Lo que pretendemos es que las personas abracen el mundo del vino, no que salgan corriendo como un bebé al que le han hablado del hombre del saco.
Claridad, cercanía y entusiasmo. Tres palabras clave para saber comunicar.
Claridad es usar conceptos comprensibles por todo el mundo, adaptándose al nivel del receptor del mensaje.
Cercanía es hacer sentir que al fin y al cabo, es un ser humano como tú que le gusta el vino, no un ser extraterrestre al que le insertaron un chip con todos los conocimientos.
 Por último entusiasmo, mostrar pasión por lo que hacemos.
Cierro este particular alegato pidiendo perdón a todo aquel pedante que se haya sentido ofendido, no pretendo cambiar su forma de ser, cada cual es como es. También pido perdón a los funcionarios, sin generalizar...