Podemos tener la mejor bodega del mundo, grandes vinos, pero si no sabemos transmitir el origen de todo y la historia que hay detrás, la palabra experiencia queda en agua de borrajas.

Cuenta la leyenda que en una ocasión, un monje quiso descubrir a su divinidad en la montaña más alta del Tibet. ¿Sabemos comunicar el vino y atraer al consumidor sin parecer una persona pedante y engreída?.Pues sí y no, me explico

Un pequeño homenaje a tantos pueblos en donde aún se elaboran vinos en casas, garajes y bodegas subterráneas y que forman parte de nuestro legado enológico y cultural.

Este artículo es una oda a los raritos, a los valientes del vino que arriesgan para traernos elaboraciones diferentes, con personalidad, alejados en ocasiones del clasicismo y las elaboraciones estándar.