Finca Colado: El valor de la Terreta.
Varios caminos estrechos y sinuosos te hacen llegar a Finca Collado. El calor es pegajoso y si osas bajar la ventanilla del coche para tratar de ver mejor el camino, recibes la bofetada de la humedad del Mediterráneo, que no se divisa pero puede sentirse en el ambiente. Después de dejar a un lado olivos y árboles varios, al fin te encuentras con una bella construcción en color arena que parece construida naturalmente con las brisas de la zona. Enclavados en un valle franqueado por la Sierra de Salinas, los viñedos se disponen alrededor de la bodega sorteando pinos y monte bajo. Si cerrásemos los ojos, bien podríamos pensar que estamos en cualquier parcela de la Sierra de Gredos sintiendo aromas de tomillo y mejorana.
Aunque la superficie de viñedo, unas 15 hectáreas, sólo ocupa una décima parte del total de la superficie del terreno, la uva ha sabido convertirse en la protagonista del paraje y la familia Castelló, propietaria de la finca, ha decidido darle la importancia que se merece, que siempre se merece, para crear un interesante proyecto que ha ido cogiendo forma en las dos últimas décadas y del que están recogiendo sus frutos gracias a su apuesta por la tradición y la vuelta al origen.
Las variedades francesas como Merlot o Syrah, plantadas con anterioridad, están dando paso a variedades autóctonas españolas como la Malvasía, Bobal y Merseguera, que próximamente serán embotelladas en lotes de tan solo 1000 botellas.
Otra característica diferencial de la finca son sus suelos, en especial la parcela cercana a la Laguna de Salinas, de donde salen las uvas para elaborar su vino más especial, Vi de Sal. Las viñas en vaso de variedad Monastrell de la zona están al límite de su salinidad y acaban colapsando y produciéndose una gran concentración de acidez y azúcares. El resultado es un vino mineral, fiel expresión del terruño y de este fenómeno natural, un monastrell único e inimitable.
Una bodega que cuida al detalle la elaboración de sus vinos, sin abusar de automatismos en sus instalaciones y siguiendo paso a paso muy de cerca cada proceso demostrando que en ocasiones menos es más y que las apenas 60.000 botellas anuales que producen pueden dar como resultado vinos para públicos y momentos variados.
FincaCollado tinto, blanco y rosado, vinos fáciles de beber para momentos desenfadados entre amigos.
Fet aMà, un Monastrell con la tipicidad mediterránea y un toque justo de madera que le aporta algo de complejidad aromática.
Delit, un vino de alta expresión resultado de un viñedo viejo de Monastrell. Un auténtico vino de parcela.
Por último Vi de Sal, ya mencionado, ese vino nacido de la dificultad y el afán de supervivencia de la viña.
En el plano enoturístico, la bodega plantea una visita sencilla, como ha de ser, sin tecnicismos, hablando sobre todo del origen y el significado de los vinos porque las bodegas son eso: Historias, sueños y poder de superación y no solo fríos depósitos de acero, prensas y barricas.
Sin duda el mensaje te llega, el valor del vino, el valor de la terreta.
Finca Collado
Carretera de Salinas Villena, s/n, 03638 Salinas, Alicante